sábado, 19 de junio de 2010

JugabaconDios.

Me faltó el tiempo para retirar aquella cosa de metal del microondas antes de que la descarga eléctrica me reventara el dedo.
Hasta me dió en el iris. Porque sé, que después lloré.
Entonces tenía 5 años y era una niña con miedo.
El puré de verduras de mamá era verde sin patas y estaba obligada a comérmelo a menos que quisiera absorverlo por vía nasal.
Una vez me tragué un duro.
También dura, la ostia de papá.
Me gustaba refugiarme en los libros mientras se alejaba el dolor de cabeza.Como cuando te dan veinte martillazos y te dejan clavada en la sombra del árbol.
Pero sin manzanas.
Contenida y al filo de la carretera. Entonces tenía 5 años y era una niña con miedo. Y ahora, lo sigo siendo.

lunes, 14 de junio de 2010

El destino.

Esa nada abismal que te lleva a creer en la casualidad.
La unión al vacío remoto que se ahoga en el mar. Principio existencial, conexión neutral.
Papeles escritos que parecen dominar. La especie humana se deja derrumbar.
Lazos de eternidad, suerte, o azar.
Preguntas sin respuesta que de su mano pretendemos contestar. Perdidos en el transcurso y sin llegar al final.
Porque no hay final. Ni siquiera un plan. Ni casualidad, suerte o azar. Todo se limita a querer imaginar.
Tus manos, tu gloria. Tus pies, su encuentro. El lugar, la clave. Yo, la llave.