sábado, 18 de septiembre de 2010

Y eso que dicen, que en una maleta cabe una vida.
Que la felicidad está al alcance de pocos, y que somos libres unicamente en los sueños.

Reducir la existencia a lo más vital, ya no es suficiente para contar historias.Porque entre el carbón que dibujaba sus cabellos y la nana que llegaba a sus oidos, apilamientos de material desechable yacían inmersos en su subconsciente.
Y más que una vida, una caida era lo que le propinaba el destino.
Porque mientras madre naturaleza se dedicaba a impregnar sus almas de armonía y juventud, ellos seguían reinventando mierda y dándose la vuelta a medio camino del ocaso.
Hasta que abrió la boca para que el mismo aire frío de aquella mañana gélida que formaba círculos perfectos en sus narices, le recordase que sólo a unos pocos, nos cabe la vida en una maleta, tocamos el destello de luz parpadeante, y somos libres unicamente en los sueños.


Y aún así,hasta las sombras se esconden.

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