Y la realidad del todo es que ni Usted me conoce. Lo poco o demasiado que puedan llegar a aportar los que creen saber algo,no es más que la sombra de lo que sus mentes se atreven a componer. Porque ni las noches más vacías ni las mañanas más asfixiantes, son capaces de encajar las piezas que forman el rompecabezas.
Incluso las palabras se quedan mudas.
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