domingo, 27 de noviembre de 2011

Mi pequeña sombra

Cuarenta y cinco escalones y tres excusas lo separaban de mi cuerpo. Dejé que respirara el hedor nauseabundo del ambiente mientras me secaba las gotas de odio que resbalaban conscientes por mi barbilla. Luego abrí la puerta y dejé pasar a la bestia y al rencor que guardaba en la bolsa acartonada que protegía con fuerza entre el pecho y la espalda. Recé para que la pistola y mi inconsciencia apuntasen en dirección al centro de su maldita frente si en cualquier momento hacía amago de pronunciar palabra. Desperdiciamos el tiempo entre segundos sin aliento y minutos eternos mirándonos de reojo y observando las pérdidas internas del otro. Me suplicó perdón y comprensión. Me insinuó la vida del ayer. Le supliqué un adiós eterno. Le insinué la salida.
Secretos son los que conciernen las cuatro paredes que acogen mi llanto.
Miedo es lo de fuera.

domingo, 11 de septiembre de 2011

El orden de las cosas

Esta vida es sobre todo cíclica. Desde que somos capaces de tomar nuestra primera valoración moral. Todo está fluyendo permanente e incesantemente a nuestro alrededor; y en este tránsito continuo especialmente concedido por la vida, está presente un flujo de ida y vuelta cargado de oportunidades; todo lo demás -y mientras tanto- radica en el poder individual de decidir.
Si la decisión es acertada, permanecerá con nosotros para siempre. Si es errónea, permaneceremos –por generosidad de la vida- dando vueltas dentro de la Ley del Incesante Retorno.
El conocimiento lo adquiriremos por decisión propia o lo haremos nuestro a través del dolor, de la compasión, de la adversidad.
Tenemos la llave que puede abrir las puertas de la dicha.
De la calma.

martes, 6 de septiembre de 2011

Bienvenidos al Circo del Sol

Me encuentro ante una hoja en blanco por las ansias de querer encontrarme de alguna maldita forma. Vivo sumida en el cuento del nunca acabar de martirizarme a menos que en cualquier momento decida suicidarme para dejar de ver a seres humanos que aparentan vivir vidas que no valen más que un puñado de arena.
Camino sola porque nadie ha sido lo suficientemente valiente como para acompañarme hacia el fundido a negro que tiene como meta este mundo de sorpresas tristes y amor en vano. Sois todos tan patéticos que me da pereza seguir respirando para ver vuestras sucias caras que no esconden otra cosa que no sea egoísmo y miedo. Vuestro interior está hecho de restos de puñaladas traperas y sumisión a cualquier ser que creáis superior. Utilizáis la mente para quejaros de injusticias que todos creáis. Y el hambre para comer la basura que algún día os asfixiará.
Me importará una mierda de donde vengáis y donde vayáis a menos que un día cualquiera me regaléis lo más puro y racional de vuestro ser y compartáis conmigo la soledad de un mundo irremediablemente solitario
Odiaré vuestra irracionalidad y materialismo hasta que descanse en paz en las tinieblas del infierno, ardiendo y pecando hasta el fin de los tiempos, hasta que todos dejéis de respirar para siempre. Entonces daré gracias a Dios y me propondré seriamente ser feliz.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Del deber y del querer

Decidiste no querer esta mierda de historia que algún día pudo ser algo más que un borrador hecho a base de ron. De las mentiras de tus sueños más verdaderos y la irónica libertad que consumía tu cigarro.
Respeté tu nihilismo ensordecedor con mil y una arcadas de punzante dolor nocturno, casi de madrugada, cuando dormías entre los recuerdos del mañana. Ella era la única que te llevaría de la mano al futuro, a la incertidumbre de no saber que querer ser. Su voz me resonaba una y otra vez entre los dedos con los que yo cada noche te tocaba. Con los que te llevaba al infinito entre gemidos de placer forzados. Porque ella era la única por la que perderías el poco juicio que te quedaba.
Decidiste no querer esta mierda de historia que me destrozó el alma a base de patadas en los huesos más débiles. Que me llevó al infierno de la soledad más abrumadora y asfixiante cuando todos los días de cada noche, la veía sonriéndote a mis espaldas.
Y en el bucle de la absurdez de un mundo aparte, quise recomponer mis piezas todos los días al alba, para querer creer que no fuiste la utopía personificada. Para echarte siempre de menos.

jueves, 7 de julio de 2011

Supongo que hoy es el día 1 de 100 en el que me toca estar demasiado triste

Respiro la acumulación perfecta de un número imperfecto de problemas que van entrando sigilosamente a la miserable mochila que cuelga de mis hombros desde que tengo conciencia; la miserable mochila que ejerce de mi vida. La única que me acompañará en mi patética muerte.
Y puesto que ahora sólo tengo ganas de gritar hasta reventar tímpanos, jugar con cuchillos afilados y hacer ambas cosas mientras lloro muy fuerte, voy a optar por tumbarme en esta sucia cama y morirme lenta y dolorosamente hasta mañana, que será otro día, en el que sea algo más que mi triste sombra.

sábado, 25 de junio de 2011

De siempre en siempre.

Nos citábamos en las cafeterías de los grandes centros comerciales para hablar de nuestros problemas. Porque allí, al unísono de las voces que flotaban en el aire, yo podía estar algo más sorda que de costumbre cuando él me dijera lo de siempre, con el mismo tono de siempre y las mismas palabras de siempre. El ruido del ambiente me salvaba de pensar respuestas convincentes a las preguntas de siempre, pues sólo me dedicaba a girar rapidamente la cuchara del café por si de un momento a otro, me reventaban los tímpanos y dejaba de oirle para siempre.
Luego me cogía de la mano y volvíamos a mi casa para terminar como siempre, él arriba y yo abajo.

sábado, 7 de mayo de 2011


En un sin vivir vivo en este océano de intolerancia. Arrugándome a cada paso decisivo que doy en estos túneles corrosivos que me arrastran a la desdicha. Buscando en las infinitudes de los límites, frenos a este cansancio que me asfixia, me recome y me envenena el alma con pretextos desarmados que intentan evadir mil sentimientos. Para ser superficialmente feliz y no caer en el jodido agujero del que muchos ya no pueden huir, ni siquiera desaparecer por segundos. Porque sus ineficaces mentes no se acordaron de seguir funcionando cuando por sorpresa les alcanzó despavorida la rutina. Esa maldita estabilidad que te priva de de lo que ya viviste, de lo que morirías por volver a vivir en cualquier futuro incierto del que nunca tendrás consciencia, porque la certeza nunca fue cierta.
E inútil e ineficaz seguirás sobreviviendo entre la muchedumbre de todos aquellos que jamás conocerás, oyendo susurros dilatados por la pesadez de sus palabras, y negándote al amor; esa maravillosa palabra de la que todos hablan y ninguno sabe.
Prefiero ir de cama en cama; de cuerpo en cuerpo, quemando lazos de eternidad y petrificando momentos de placer en el tiempo eterno. Jugando a saber jugar y ahora, tirando porque me toca.

lunes, 25 de abril de 2011

Transbordos de locura

Despertó bruscamente encadenada a la cama en la que, como objeto de múltiples experimentos cuan menos humanos, llevaba poseída siete largos años. Arrastraba en sus ojos los vagos e insignificantes recuerdos de una vida tediosa, hecha de puñaladas de odio y recompuesta a base de whisky barato. Nadie creía que su exquisita mente traspasara los límites de la absoluta verdad hasta las fronteras de la ficción, donde sólo los enfermos se sienten como en casa. La cruda realidad no era más que la pesadilla que durante los últimos años había reflejado una y otra vez aquella tímida mirada hecha de brillante locura. Y es que allí, abocada a la extravagancia de las circunstancias y sin recordar la inicial de su nombre, sabiendo de la nada que esconde el todo y divagando entre los amaneceres que se apoyaban en el cristal de su ventana, aún sabía, como desde hacía siete años, que nueve más treinta y cinco eran cuarenta y cuatro, una hora sesenta minutos y toda una vida, él.
Y traspasando las montañas de las eternas ilusiones, llegarían al reino de los cielos como lo que siempre fueron, gritos de esperanza para todos.

jueves, 14 de abril de 2011

Hay que ser buena, buena, buena, buena...

Hoy estoy condenadamente cabreada y no tengo ningún criterio ajustable a las leyes del enfado que argumente mi jodida tesis. Me encantaría tener cerca un saco de boxeo y flexibilidad en las piernas para luchar contra el maldito demonio que en contadas ocasiones como ésta, hace que el mundo me trague de un sorbo. Pero es que me revientan las decisiones inoportunas en situaciones desafortunadas; Y las malas palabras en bocas de otros, también. Y ahora que se me triplica la fuerza y en mi cabeza sólo hay un vaivén de pensamientos perversos esperando la señal que los convierta en punzadas que duelen, tengo que cerrar la puta boca y seguir tragando vuestra sucia mierda porque una vez, de pequeña, mi madre me dijo que las niñas buenas van a todas partes.

lunes, 14 de marzo de 2011

Follar es de sabios.

No dejo de ver a padres, curas, profesores y demás figuras ejemplos en nuestros días, que instruyen a los niños y no tan niños para que en algún futuro incierto se conviertan en maniquíes sin personalidad alguna al servicio de sus órdenes. Porque es verdad que estamos condicionados a actuar conforme a ciertas tablas de valores inmutables que desde la infancia, llevamos pegadas al culo, y que si por mera casualidad o porque tu voluntad va en su contra, las rompemos, estaremos destinados a ser residuos humanos condenados al infierno social.
Valores que no son más que reglas dictatoriales que te llevarán a convertirte en quien nunca quisiste ser, porque hasta que aprendas a dotar de utilidad a tu consciencia y comiences a desbaratarlos, jamás podrás ser quien te de la gana.Porque eso es lo mejor de toda la historia, llegar a ser quien te de la gana.
Y sí, me encanta vivir en esta puta locura que me arrastra al desenfreno 365 noches al año.

domingo, 6 de marzo de 2011

A ti, amigo.

El tiempo, que desafía y nos endurece, tiene la extraña manía de arrastrar al pasado a ciertas personas que en algún momento de tu trayectoría, marcaron un punto de incisión en tu existencia, y que, como las viejas canciones, y los vinos más antiguos, conservan las mejores esencias.
Y entre todas esas personas, resplandeces tú, como un enorme sol cargado de plenitud y calidez que se resiste a apagarse. Porque desde ese 25 de junio de 2009 no supe encontrar las palabras adecuadas para ti. Hasta hoy, que mi mente se vuelve a poblar de tus recuerdos.
Y a pesar de que nuestras vidas sigan a destinos diferentes y obedezcan a señales opuestas, lo cierto es que después de 2 años, la autenticidad te sigue definiendo; que aunque el pesimismo sea tu mayor aliado, irradias de positividad hasta el más minúsculo rincon de cualquier lugar, y a pesar de que la verguenza te acompañe en el camino, serás luchador incluso cuando los cielos se nublen.
Porque asi eres tú, una persona pequeñita, con un fondo infinito. Así eres tú, grande entre los grandes.
Me regalaste tu alegría cada día, y a cada hora, enmarcándome en una realidad mágica e incluso a veces temerosa, pero inevitablemente feliz, admirando todo lo que hacía, decía o dejaba de hacer o decir, floreciendo mi autoestima, del que ahora presumo, y enseñándome en esas nuestras conversaciones filósofo-morales, la importancia del saber, del amar y del soñar; porque sí, a veces los sueños se hacen realidad.
Impulsándome a hacer aquellas cosas que tu jamás harías, y respetando todo mi ser. En su extensión máxima.
Y aunque tu nunca creíste que destacabas frente al resto, para mi fuiste la excepción que rompió todas las reglas. Por eso ésta carta carta va para ti, porque te mereces más que todo.
Nunca cambies, dejes de sonreir y sé feliz. Sobre todo sé muy feliz, querido A.

jueves, 27 de enero de 2011

Nada es para siempre. Ni los sueños

Sumergida casi a 12 metros de profundidad, la presión le impedía pensar. Aún así, sabía que había ido a parar al agujero negro. Porque por mucho que intentaba alzar la mano para salir a la superficie y flotar, el ancla que tiraba de su pie y parte de su pierna, desequilibraba el peso de aquel cuerpo inexperto que ni siquiera en ésta ocasión, era capaz de luchar contra el vacío existencial que le propinaba aquel peculiar destino.
Y aunque era consciente de que la incertidumbre era el motor que dominó, y dominaría su vida, durante aquellos segundos en los que la respiración se esfumó para dejar paso a la ceguera resultante de la luz blanca que la haría por fin libre, se aseguró de que ésta vez, sí había tocado fondo.