No quiero volver a tus manos, ya no me dan calor. No quiero bordear tus curvas, ni mirar tus ojos; descoloridos, insípidos. No me apetece danzar en tu cuerpo; desnudo, inerte. No quiero volver a registrar tu boca, ni sus rincones; oscuros, henchidos de licor cristalino. No voy a regresar a mis excusas, a tus excusas, ni a las sensaciones que me quedan cuando no estás; tristes, desiertas. Esta habitación está llena de pasado disfrazado de gotelé.
No hay comentarios:
Publicar un comentario